La campaña de las corcholatas.

Por Porfirio M. López.

Ha iniciado la campaña de los aspirantes a Coordinador Nacional de la Defensa de la Cuarta Transformación; Marcelo Ebrard Casaubon, Claudia Scheinbaum Pardo, Adán Augusto López Hernández, Ricardo Monreal Ávila, Gerardo Fernández Noroña y Manuel Velasco Coello, los cuatro primeros palomeados por el presidente de la República y representando al Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) los dos últimos provienen de los partidos políticos aliados del gobierno en turno (PT y PVEM respectivamente) y de acuerdo con las encuestas sus probabilidades de ganar la nominación son mínimas.

Cada uno de ellos a su manera ha emprendido una campaña nacional para figurar en la encuesta y de ahí conseguir la candidatura a la presidencia de la República de Morena. En sus primeros actos Marcelo Ebrard en la Ciudad de México fue a su escuela de educación básica a saludar a su maestra, Claudia Scheinbaum acudió a Xochimilco a realizarse una limpia, Ricardo Monreal fue a la Basílica de Guadalupe con su familia, Adán Augusto arrancó campaña en Vallarta, Jalisco y acusó una campaña sucia en su contra, Gerardo Fernández también dio inicio a su campaña en Oaxaca y Manuel Velasco decidió iniciar en el municipio de Almoloya del Estado de México su proselitismo.

A decir de las encuestas los punteros en esta campaña son dos personajes Claudia Scheinbaum y Marcelo Ebrard; son ellos dos los que desde el inicio destacan para ser los ganadores de la encuesta, a menos que ocurra otra cosa en los próximos dos meses de entre ellos dos saldrá el Coordinador Nacional de la Defensa de la 4T y será el candidato presidencial con el cual Morena pretenda seguir otro sexenio al frente del Poder Ejecutivo.

Morena ha adelantado el proceso electoral del año próximo y con ello está sacando ventaja frente a sus adversarios políticos. En la práctica la búsqueda de un personaje como coordinador nacional para defender la 4T no es otra cosa que una precampaña muy adelantada para ganar espacios territoriales y medir a sus operadores políticos en los distritos electorales del país. Morena tiene como objetivo posicionar a un candidato presidencial fuera de los tiempos que definen las autoridades electorales.

Lo que Morena quiere con esta campaña adelantada es consolidar una figura electoral con impacto en la población que sea consistente con lo que todos los días dice el presidente de la República; por eso todos los que andan en la campaña en pos de la coordinación nacional repiten como catecismo los dichos presidenciales. A ninguno les preocupa la fiscalización de sus recursos, a ninguno les preocupa que hagan el ridículo, a ninguno les preocupa los indicadores de desigualdad, a ninguno les preocupa el futuro del país; todos están enfocados en repetir lo que dice y ha dicho el presidente López Obrador en los últimos cinco años.

Todos defienden al presidente y su 4T, nadie hasta el momento ha hecho un ejercicio de autocrítica, todos alaban los dichos, obras y acciones del presidente en turno, nadie hasta el momento quiere fracturar la relación con el presidente, nadie quiere contrastar los resultados de este sexenio en materia de seguridad, ciencia, salud, educación, energía o medio ambiente. A días de inicio de la campaña morenista los discursos de los aspirantes son palabras aventadas al aire, les interesa su promoción y su propaganda, sin importarle la transparencia y la rendición de cuentas de los cinco millones que supuestamente les asignó el partido para gastar.

Hasta el momento todos tienen ganas de figurar, de congraciarse con el público, recurren descaradamente al acarreo de personas, reparten volantes en los espacios públicos, tapizan de lonas los espectaculares en autopistas, calles y avenidas, fingen sonrisas de bienestar mental, bailan y cantan música popular, muestran su religiosidad, hacen reality show con sus familiares, abren cuentas de tik tok, acuden a entrevistas y una retahíla de poses.

Nadie habla realmente de los graves problemas de salud pública que tiene el país, nadie ha dicho que este sexenio ha sido el más violento de los últimos años, nadie ha retomado el tema de la reforma fiscal que requiere este país desde hace años, nadie habla de la fallida Nueva Escuela Mexicana, nadie ha puesto en la mesa de discusión el grave error de eliminar el Seguro Popular y nadie ha dicho como garantizar una efectiva libertad de prensa en un país donde se asesina a periodistas; nadie ha colocado en la discusión como detener la crisis de desaparecidos, nadie se ha pronunciado por los yerrros y abusos que comete el Ejercito Mexicano y la Guardia Nacional, nadie ha empatizado y ha dicho como resolver el clima de violencia criminal que se vive en numerosos municipios del país.

Nadie lo va hacer, ni les importa que en sus cargos públicos hayan tenido pésimos resultados, lo único que vienen haciendo es congraciándose con el presidente de la República, los discursos de todos los que aspiran a ser el coordinador nacional suenan a lo mismo que tantas mañanas ha expresado el presidente López Obrador; quieren seguir la ruta del actual sexenio, quieren ser un presidente fuerte y autoritario, quieren un congreso federal que le diga sí a todo y quieren clientela electoral para seguir disfrutando del poder público.

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