El estado de Nuevo León vive una jornada violenta desde el martes pasado, cuando 18 restos de cuerpos humanos, fueron abandonados en bolsas y hieleras en distintos puntos de municipios de la Zona Metropolitana de Monterrey, en Apodaca, García, Juárez, Santa Catarina y San Nicolás.
El día miércoles, el primer hecho ocurrió durante la mañana cuando fue reportada sin vida una pareja, cuyos cuerpos fueron abandonados sobre las vías del tren detrás del mercado Campesino, en la colonia Industrial, en Monterrey.
Posteriormente, personal de Fuerza Civil, corporación estatal de Nuevo León, se enfrentó con un grupo armado en el municipio de Doctor Arroyo, al sur del estado, en el que abatieron a tres presuntos agresores y detuvieron a otros cuatro.
Luego, los presuntos criminales robaron vehículos particulares, entre ellos de carga, en la carretera Nacional que usaron para quemarlos y bloquear la vialidad a la altura de los municipios de Linares y Montemorelos.
Más tarde, la alcaldesa de Iturbide, Cristina Rodríguez, confirmó el ataque armado a la comandancia policial; Señaló que no cuentan con armamento necesario y pidió ayuda al gobierno estatal.
El secretario de Seguridad estatal, Gerardo Palacios Pámanes, adjudicó los sucesos a una “purga” al interior de un grupo criminal.
Por su parte, el Ejército Mexicano envió a más de 100 elementos a la entidad en el marco de la Estrategia Nacional de Seguridad Pública y la Política de Cero Impunidad del Gobierno Federal.