Enfrenta su peor sequía en 74 años, queda poco más del 1% de agua apta para el consumo.
La última gran reserva de agua dulce de la capital tiene menos de un 2% de disponibilidad. Cuando se agote, el abastecimiento se deberá hacer desde una fuente con mayores niveles de salinidad que no se podrá beber.
El gobierno estima que quedan entre una semana y diez días de agua bebible salvo que haya lluvias intensas –lo que no está pronosticado–, informó este martes el diario El País.